jueves, 1 de enero de 2009

ODA A LA LENGUA



¡Oh! carne de mi carne,

Ardiente por su sabor

Caliente por su color

Cada detalle, cada papila,

Se excita con tu suave esplendor.

El café me hace arder

Cada milímetro de ella

Cada segundo del atardecer

Y, cada retumbar de una estrella

Que me guía a perecer.

En tus manos,

Suave canela,

Y un vino viejo con sabor a gusanos,

Lengua ardiente por el café

Ahora mis labios han perdido la fe,

El horizonte se hace más espeso

y mis dientes helados buscan un nuevo beso.

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