martes, 1 de septiembre de 2009

Último Instante



Cuando penetró el hermoso brillo del acero sobre mi piel y la cuchilla empezó a tomar un pigmento rojo, mi piel se volvió débil y los labios ya no querían esperar los besos, querían vida y frescura, mis labios cada vez crecidamente blancos y la piel fría.

Ya no tenía fuerzas para sostener lo más débil que me había traspasado la carne y había llegado a lo profundo de mi corazón, mi vida se iba con el viento, veía como la rosa del florero se despedía llorando.

Desde lo lejos me empezaba a ver como un cuerpo entre el cielo y la tierra, que estaba algo enclenque, me manchaba con la sangre, cada gota que se desmoronaba en el suelo, pero también caía cada ansiedad de la que me iba a librar con la ultima decisión.

Suena el teléfono y ya ni me inmuto por correr a contestar, como lo hacia antes cuando del otro lado estaba buscándome. Mis ojos perdían estabilidad y cada vez bailaban la danza de la muerte, del resurgimiento de otra vida, del olvido de todas mis condenas.

Después caigo lentamente y me ensucio la cara de color rojo y mi pensamiento no da para más, sólo quiero caer y volar lo más rápido que el viento lo permita, llegar hasta donde el cuerpo no me dejó y hasta donde mi alma me llevará.

Empieza a tronar, a llover, cada gota de agua empieza a mojar mi cuerpo tan indefenso, tan muerto, tan viciado y, cabalgando mi alma de la mano de un ser insólito, veo como atravieso a otro lado y como el cuerpo queda ahí, tan insignificante, tan ensangrentado. El ser que me guía dice: no mires hacia atrás que tu vida no era la mejor, es hora de cambiarla, ya tú decidirás que rumbo coger. Decidí vivir atado a los recuerdos, germino en las manos de una mujer llamada vida, ahora el cuerpo está putrefacto y el mundo es un poco más grande que el cuerpo, las paredes no son de cemento y toman apariencia a tela muy bien cocida con algo de algodón muy cómodo, huelo a muerte, mi corazón tiembla y mis gritos son lentamente desvanecidos por la soledad. El viento ya no sopla, me falta el aire y decido nuevamente morir.

Pero antes de morir Statoos Emm Jot decide escribir por última vez, y hoy 4 años después me doy cuenta de su última versión, su último poema, el del último corazón que trató de amar fue lo que tuvo durante sus manos por los últimos años y quien fue el único que lo acompaño en su dolorosa muerte.

Ahora leo lo que escribió y quedo perplejo y veo la muerte llevarse la vida, llevarse su último amor.

Y estos fueron los últimos versos que Statoos Emm Jot le escribió al amor, les dejo su ultima poesía:

Hoy recuerdo cada hermosa estrella que brilla en el cielo,

Detengo el tiempo y vivo cada segundo

También afirmo que escucho cada ave cantar

y narrarme que tan pulcra es la vida

Cuando es de día escucho tu voz y los dóciles versos dulcifican mis oídos

Cuando es de noche, tu voz me susurra y entona una canción de cuna

Para dormir,

Sólo pensando en ti,

Sí, desde que te conocí, sólo pienso en ti,

Hasta anulando los días de sonrisa,

Siempre pienso en ti.

Mi corazón esta sano,

Ahora late más fuerte

¡Siéntelo¡

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